jueves, 27 de agosto de 2015

PERO NO ME DEJES... DE LEER.

 
¿QUÉ ESCRITOR NACIÓ UN DÍA COMO HOY?

27 de agosto.

Theodore Dreiser.


(Terre Haute, 1871 - Hollywood, 1945) Novelista estadounidense conocido sobre todo por la novela Una tragedia americana (1925), que ahondó en los móviles oscuros de la psicología del comportamiento en la sociedad de su país.
 
Su padre fue un inmigrante alemán y tuvo una infancia de grandes privaciones materiales, por lo que se educó en escuelas parroquiales y públicas. En 1892 comenzó a ejercer el periodismo en Chicago. Bajo la influencia del naturalista Herbert Spencer y de otras teorías biológicas y sociales de la época, fue conformando la idea de que el hombre, como ser, se encuentra desnudo ante potencias superiores, pues hay instintos y fuerzas sociales que escapan a su control, argumento que marcó su futura obra de ficción.
 
Su primera novela, Nuestra hermana Carrie, se publicó en 1900 y fue retirada de las librerías. En 1912 publicó Jennie Gerhardt, que trata de una mujer que se somete sexualmente a hombres ricos para escapar de la pobreza; le seguirían El financiero (1913) y El titán (1914), ambas acerca de un magnate norteamericano del transporte, y varias otras que incluyeron su propia autobiografía, Un viajero a los cuarenta años (1913).
 
En 1925 salió a la luz Una tragedia americana, su gran novela, basada en un asesinato real cometido por un anti-héroe, Clyde Griffiths, en la que se relata el camino del protagonista hacia el éxito y su encuentro con el crimen, lo que ponía en entredicho el esquema ideal del "sueño americano". La novela alcanzó un éxito enorme de público, pero dividió a los críticos: algunos le reprocharon su desaliño formal y el descuido gramatical de su lenguaje, mientras otros alegaron que la historia contada era tan poderosa que volvía insignificante cualquier reparo estilístico.
 
Sintetizando ambas opiniones, un crítico llegó a afirmar que se trataba de "la sugerente y magnífica novela peor escrita del mundo".
 
Dreiser nunca volvió a repetir el éxito que conoció con ella, aunque escribió otras como la publicada póstumamente El baluarte (1946), mucho más sólida en el aspecto formal. También publicó colecciones de cuentos y de ensayos.
 
 

Una tragedia americana (fragmento)
 
" Cuando Clyde atravesó la primera puerta sintió diversas voces gritando: Adiós Clyde. Y Clyde todavía tuvo fuerzas para contestar:
-Adiós a todos- Pero su voz era extraña y débil, hasta a él mismo le pareció, era distante, como si hubiera emergido de otro ser que caminaba a su lado, pero no era él mismo. Sus pies avanzaban mecánicamente. Y era consciente de aquel ruido que producían arrastrándose por el suelo mientras le empujaban hacia la puerta. Ya estaba allí, ahora abrían. Y allí estaba, finalmente, la silla que tan a menudo había percibido en sueños, la silla tan temida dónde ahora le obligaban a sentarse. Le dieron un empujón para entrar al interior, a través de la puerta que ya estaba abierta para recibirlo y que enseguida volverían a cerrar, y detrás quedaría toda la vida terrenal que había conocido.
"
 
 
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MICROFICCIONES.

Sueño dorado

Con la muerte de papá, víctima de un secuestro fallido, mamá y yo pudimos realizar el sueño dorado de ella, con el pago del seguro, recorrer el mundo sin él.



Drácula

En el momento que Abraham Stocker quiso acabar con su obra maestra, esperó paciente a que éste abriera el sarcófago y le clavó los colmillos.


Llamada perdida

El pájaro carpintero estuvo horadando el tronco del árbol crocitado, un ruido diferente al tap, tap, tap, resonó, el pájaro cayó con el pico roto al topar con un clavo del poste de teléfono.

 
© Odilón Ortiz Trujillo, Antología Virtual de Minificción Mexicana.
 
 
 
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POEMA PARA LLEVAR.
 
AMORES CASTOS.
De Maricruz Patiño

Si te dejara conocer mi cuerpo

y penetrarme

quedaría atada a ti

Tu macho dominaría a mi hembra

y mi animal satisfecha

soportaría gustosa todos tus ca
prichos

Verás... esta distancia de las pieles

es ¡tan saludable!

Libre de ser

sin saber

sin ser juzgada

estar en mí

con mí

conmigo misma

y contemplarte así

como quien mira una flor:

con los ojos del amor infinito


Por fin he logrado amarte a ti

sin ti.
 
 

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